Podrán decirme ingenuo, podrán decirme romántico: para mí, periodista y amanuense son oficios distintos, y lamentablemente, muchos periodistas tienen etapas de su vida en que cambian a escribas del poder. Debo decir que no siempre esto responde a que "se vendió", y muchas veces les pasará a personas con la mejor de las intenciones, y la más firme de las convicciones.
El caso es que yo disfruto de leer buenos periodistas no por lo que piensan, sino porque me hacen pensar desde la crítica al poder, la mirada alternativa a lo establecido. En cambio, los amanuenses (insisto, aún los que tienen buenas razones y buenas intenciones) la verdad que no me hacen bien. Siento que me están bajando línea, que están procurando que no piense sino que asienta y acompañe. Por sobre todas las cosas, me da mucha bronca y mucho hastío que gente con probada capacidad de pensamiento crítico, e innegable talento para comunicar los valores de las libertades cívicas, se ponga a justificar abusos de poder (aunque se proclamen en nombre de la revolución o lo que sea), y que personas que han sabido ser paladines del control y la transparencia se ponga a cantar loas a los poderosos que gambetean el control republicano.
Por eso hace unos cuantos años dejé de leer a Horacio Verbitsky. Hoy, por un copete seductor, me reencontré con el periodista que desde el apogeo K ha sido devorado por el amanuense. No sé cuánto le va a durar, pero que su compromiso con la causa de los presos (que junto a una serie de afortunadas circunstancias llevó a que un fallo señero terminara bautizado con su nombre) haya permitido que por un rato el amanuense dejara salir al periodista, no deja de ser una buena noticia.
Claro, podrán decirme que en realidad el "Perro" está haciendo otra operación, que alguien del entorno K le vuelve a cascotear el techo del rancho a Scioli, que la mar en coche. Aunque por ahí tengan razón, no me importa nada. Déjenme disfrutar de un buen trabajo periodístico, y si quieren, disfrútenlo acá. El tema (otra vez, la cárcel y las contradicciones del discurso manodurista "pour la galerie") vale la pena.
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